
La variedad en el origen toponímico de los 77 municipios de la provincia de Córdoba (España) es realmente singular y llamativa, y desde mi punto de vista de simple aficionado a la toponimia, creo que resulta muy interesante no sólo para lingüistas o expertos en toponimia, sino para cualquier persona con un mínimo de sana curiosidad y ganas de conocer el por qué de las cosas y de los nombres de los lugares, muy especialmente si son los de la comarca, provincia o del país de donde uno es natural o reside. He querido dedicar esta entrada a investigar en distintos documentos y libros sobre por qué motivo los municipios de nuestra Córdoba en su día fueron nombrados así, dando también unas breves pinceladas sobre su historia. Se debe aclarar que, por la mucha antigüedad de gran parte de los municipios cordobeses, no se sabe con total exactitud el origen de muchos topónimos, aportándose aquí, en esos casos, las teorías más aceptadas y razonables sobre los mismos, y sumando también para varios de ellos alguna teoría propia del que suscribe. Para terminar esta pequeña presentación, tengo que reconocer que he aprendido y disfrutado mucho recopilando información y escribiendo esta entrada. Espero que la misma sea del gusto del lector y que sirva a modo de pequeño compendio de consulta sobre la toponimia municipal de nuestra provincia cordobesa.
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Adamuz: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. Todo parece indicar que el topónimo tiene su origen en la época de dominación musulmana, ya que la mayoría de lingüistas opinan que el origen del nombre está en el vocablo árabe “Damus” o “Daymus”, que en ese idioma se aplica a cuevas, catacumbas o algún tipo de construcción abovedada o relacionada con lo subterráneo. En Adamuz existen cuevas donde han sido hallados restos arqueológicos muy antiguos, circunstancia que podría estar relacionada con el origen toponímico citado. Sin embargo, hay otras teorías que intentan explicar el origen etimológico del topónimo; una de ellas sostiene que el topónimo “Adamuz” podría derivar del vocablo hebreo “adomotz”, cuyo significado sería el de “tierras coloradas”, debido al color rojizo de la piedra arenisca o “molinaza” tan abundante en la zona. También existe la teoría defendida por algunos lingüistas que opinan que el topónimo podría estar relacionado con el apellido vasco “Adamiz”, que significa “pastizal”. En cualquier caso, ninguna de las teorías citadas ha podido ser probada de forma definitiva. En documentos antiguos aparece el topónimo en las formas “Adamuz” y “Alamuz”. El gentilicio de Adamuz es “adamuceño-a”.
Aguilar de la Frontera: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. Son cuatro los nombres que ha tenido este antiguo e importante pueblo a lo largo de la historia; en época ibero-romana se denominaba “Ipagrum”, durante la dominación musulmana fue llamado “Poley”, tras la reconquista se cambió de nuevo su nombre a Aguilar y durante un corto periodo de tiempo, en el siglo XIV, fue llamado “Monterreal” por dictamen del rey Pedro I “el Cruel” y como “castigo” a la rebelión de uno de los señores de Aguilar, sin embargo este nombre no cuajó y volvió a llamarse Aguilar nuevamente en poco tiempo. Centrándonos en el topónimo actual, el nombre de Aguilar le fue dado tras la reconquista cristiana. Fue el monarca Fernando III “el Santo” quien la reconquistó a los moros en el año 1240. El primer gobernador cristiano fue un portugués procedente de una familia toledana, Gonzalo Yáñez d’Ovinhal, que la recibió en forma de Señorío de Aguilar. D. Gonzalo era hijo de Juan Gómez de Obiñal, rico-home de Portugal, y de María Pérez de Aguilar, hija de los señores de la villa de Aguiar en Portugal. Ya con Alfonso X es cuando la población pasa a denominarse Aguilar, nombre que proviene, como hemos visto, de la familia de la madre de don Gonzalo, en definitiva del Aguiar portugués. Finalmente, en 1842, se le agregó el calificativo “de la Frontera”, debido a su cercanía a la frontera con el reino nazarí de Granada durante la Baja Edad Media. El gentilicio de Aguilar de la Frontera es “ipagrense”, “aguilarense” o “aguilareño-a”.
Alcaracejos: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Aunque hay varias teorías sobre el origen del topónimo, ninguna ha podido ser probada. Una de estas teorías es que su nombre podría derivar del vocablo árabe “Alcharac” (campanilla), otros sin embargo lo identifican con el diminuto “al-caria” (alquería), o lo consideran una deformación de “alcazarejos” (diminutivo de “alcázar” en plural). Tampoco es descartable que esté relacionado con el topónimo Alcaraz, que es el nombre de un municipio albaceteño, cuyo étimo es el árabe al-karaz, (“el cerezo”) según algunos filólogos, por lo que “alcaracejos” podría ser su diminutivo en plural. El gentilicio de Alcaracejos es “mojino-a”.
Almedinilla: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Todo apunta a que el actual municipio de Almedinilla surgió a finales del siglo XVII como una aldea de Priego. El lugar donde se ubicó la población es un punto estratégico junto al camino que unía Priego y Alcalá la Real. Su ubicación en este momento estuvo también muy vinculada con las acequias de riego, los saltos naturales del río, y los azudes para la instalación de molinos de harina y aceite. El topónimo “almedinilla” es el diminutivo de “almedina”, del árabe “al-Madinat”, que significa barrio antiguo de una ciudad árabe o hebrea. El gentilicio de Almedinilla es “almedinillense”.
Almodóvar del Río: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. La fortaleza y la villa fueron llamados en tiempos de los árabes “al-Mudawar”, topónimo que significa “el redondo” o “el redondeado”, en clara alusión a la forma del cerro donde se asienta el castillo, el cual está junto al río Guadalquivir, que es el curso fluvial que menciona la coletilla del topónimo de este municipio (“del Río”). La evolución del topónimo fue la siguiente: “al-Mudawar”, “Almodóvar”, “Almodóvar del Río”. El gentilicio de Almodóvar del Río es “cuco-a”.
Añora: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Su topónimo tiene origen en el vocablo árabe “al-Naura”, que significa “noria” (para sacar agua), y al parecer está en relación con la noria que existía en el siglo XV en el lugar en que posteriormente se constituyó el núcleo de población. El gentilicio de Añora es “noriego-a”.
Baena: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña de Baena. Su topónimo deriva de “Bayyana”, y proviene de la época de la dominación musulmana, el cual a su vez podría derivar del nombre propio “Baius”, que al parecer fue un hispanorromano propietario del latifundio donde surgió el pueblo, aunque esta teoría no está totalmente probada. En cualquier caso, la mayoría de expertos en toponimia y etimología coinciden en que el topónimo Baena es la castellanización de “Bayyana” y éste a su vez la arabización de un topónimo anterior a la dominación musulmana. La evolución del topónimo de este municipio seria; “Bayyana”, “Baena”. El gentilicio de Baena es “baenense”.
Belalcázar: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. En tiempos de la dominación musulmana esta localidad se denominaba “Gafiq”, topónimo que se castellanizó tras la reconquista en “Gahete”. Sin embargo, el actual nombre del pueblo le fue puesto a mediados del siglo XV por Don Alfonso de Sotomayor (Señor de Belalcázar), que, al sustituir la vieja fortaleza musulmana, construida a base de tapial, por un moderno alcázar, optó por designarla con el sonoro nombre de Belalcázar (contracción de “bello alcázar”). El gentilicio de Belalcázar es “belalcazareño-a” o “zorruno-a”.
Belmez: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. El topónimo Belmez parece tener origen árabe, y si bien hay varias teorías no totalmente probadas, podría significar “abrigo” o “refugio” en dicho idioma, explicación que parece lógica, ya que el castillo de Belmez (y el cerro donde se ubica) destaca en la distancia y el paisaje como una imponente atalaya donde refugiarse junto al pueblo. Otra teoría es que el topónimo podría derivar de “almez” (tipo de árbol), aunque como ya se dijo, ninguna teoría está probada definitivamente. El gentilicio de Belmez es “belmezano-a”.
Benamejí: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. El topónimo es de origen árabe. Abdallah, emir de Córdoba, construyó su fortaleza, a la que llamó “Banu Bashir” o “Bani Bashir”, siendo fortificada más tarde por Abderramán III. En cuanto a su etimología, existe una teoría bastante extendida que sugiere que el origen estaría en la tribu bereber de los Meghila, aunque no está totalmente probada. Esta fortaleza es el germen del pueblo. Tras la reconquista, el topónimo se castellanizó en “Benamexir”, aunque hay documentos en los que aparece en la forma “Benamegil”. Con el paso del tiempo el nombre derivó definitivamente en el actual “Benamejí”. La evolución del topónimo con el paso del tiempo fue la siguiente: “Banu Bashir”, “Benamexir”, “Benamegil”, “Benamejí”. El gentilicio de Benamejí es “benamejicense” o “benamujicense”.
Los Blázquez: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. El municipio fue fundado en el siglo XVII por un grupo de vecinos de Fuente Obejuna (Córdoba) que tenían Blázquez por apellido. En cuanto al apellido, podemos aportar que es frecuente y repartido por toda España, procedente de un primitivo nombre personal hispánico que aparece en documentos de la alta Edad Media, como Belasco, Belazcoz, Velasco o Blasco, entre otros. Para algunos filólogos su origen está en la voz vasca “bela” (“cuervo”), con el sufijo “sko”, usado en vascuence para formar adjetivos. El gentilicio de Los Blázquez es “blazqueño-a”.
Bujalance: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. Su nombre es casi con toda seguridad de origen árabe, aunque no aparece en las crónicas históricas musulmanas ni cristianas anteriores a la reconquista. Por un documento cristiano del siglo XIII sabemos que el topónimo se escribía bajo las formas “Burialhanz” y “Burialhance”, que estaría formado por “bury” (“fortaleza”), y “al-hanz” (“la culebra”), por lo que el significado del topónimo de origen árabe podría ser “fortaleza de la culebra”. La evolución del nombre a lo largo del tiempo sería más o menos así: “Burialhanç”, “Burialhançe”, “Buxalançe”, “Buxalance”, Bujalance. El gentilicio de Bujalance es “bujalanceño-a”.
Cabra: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Cabra es uno de los municipios más antiguos de Andalucía y de España. Fue fundada por los turdetanos (descendientes de los Tartessos) con el nombre de “Licabrum”, cuyo significado es desconocido. En época romana y visigoda su nombre fue modificado a las formas “Igabrum”, “Egabrum” y “Egabro”. Con la dominación musulmana su nombre se modifica a la forma “Qabra” y posteriormente a la actual “Cabra”. Por tanto, la evolución del topónimo desde la Edad Antigua hasta nuestros días sería el siguiente más o menos: “Licabrum”, “Igabrum”, “Egabrum”, “Egabro”, “Qabra”, “Cabra”. El gentilicio de Cabra es “egabrense”.
Cañete de las Torres: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. El origen del nombre de este pueblo está en la voz árabe “Qannit”, que es plural de “Qannut”, derivado a su vez del latín “Cannas”, con el significado de “cañaveral”, por lo cual la abundancia de cañas en aquel lugar fue el origen del topónimo. El nombre evolucionó con el paso del tiempo y tras la reconquista, en el siglo XIII, está documentado como “Cannete”. Posteriormente derivó en el actual “Cañete”. Más tarde, y para ser diferenciada de otras localidades homónimas, se le añadió la coletilla “de las Torres”, en referencia a las que tenía su fortaleza de origen árabe. El gentilicio de Cañete de las Torres es “cañetense” o “cañetero-a”.
Carcabuey: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Este topónimo fue documentado por primera vez en época de la dominación musulmana y en la forma “karkabul” o “karkabuliya”, existiendo la teoría de que el mismo significa “pequeño puerto de montaña”, sin embargo, no es descartable que el mismo sea la arabización de un topónimo anterior incluso a la dominación romana. Posteriormente evolucionó a la forma actual, “Carcabuey”. El gentilicio de Carcabuey es “alcobitense” o “carcabulense”.
Cardeña: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. El origen toponímico más aceptado para la palabra “cardeña” es que se ha formado sobre el nombre común “cardo” (del latín “cardus”) agregándole el sufijo “-eña” (del latín “-ineus-a”), con el significado de “lugar donde abundan los cardos”. Se desconoce si en su día se llamo así a este lugar porque en el mismo había muchos cardos o si el topónimo le fue puesto en honor o recuerdo a algún otro lugar homónimo, cosa que ocurre con frecuencia en toponimia. El gentilicio de Cardeña es “cardeñoso-a”.
La Carlota: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. Su topónimo le fue asignado como homenaje al monarca Carlos III, ya que este municipio fue fundado en 1768 debido al interés del citado monarca por colonizar y repoblar algunas zonas despobladas del valle del Guadalquivir y Sierra Morena. Para ello se propuso y autorizó la llegada a España de contingentes de personas desde el centro de Europa, mayormente de Alemania. El gentilicio de La Carlota es “carloteño-a” o “colono-a”.
El Carpio: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. Se considera como fecha de su fundación el año 1325, que es cuando se terminó de construir la torre fortaleza (Torre de Garci Méndez), que sería el germen del pueblo, ya que el caserío iría creciendo alrededor de la misma. Estamos ante un topónimo al que la mayoría de especialistas en etimología le dan un carácter prerromano, el cual estaría formado por la raíz “kar” (“piedra”), intensificada con el sufijo ibero-vasco “-pe”, y cuyo significado sería el de “peñasco saliente de una montaña”, “saliente de una peña” o más genéricamente una “peña” o un “cerro”, y curiosamente, en la actualidad se sigue usando la voz “carpio” con dicho significado en tierras de Salamanca. Como hemos visto, todo parece indicar que estamos ante un nombre de origen anterior a la dominación romana, es decir, de origen ibérico posiblemente, sin embargo, no existe constancia documental de que este topónimo (“El Carpio”) hubiera sido usado en este lugar con anterioridad a la fundación del pueblo en el siglo XIV, por lo que nos queda la duda de cuál fue el motivo de llamar así a este municipio. Desde mi humilde opinión, hay dos teorías que son las más razonables, una sería que la persona que lo nombró así usara la voz “carpio” en su habla natural para referirse a un cerro o montículo, y de hecho el pueblo está situado en una loma, y la otra es que recibiera ese nombre en honor o recuerdo a alguna localidad española homónima, cosa muy habitual en toponimia. En cualquier caso, y visto lo anterior, pienso que el nombre que recibió el pueblo está relacionado directa o indirectamente con el hecho de estar situado en un lugar elevado del terreno. El gentilicio de El Carpio es “carpeño-a”.
Castro del Río: Municipio perteneciente a la comarca Campiña Este y Guadajoz. El topónimo “Castro”, muy habitual en España, deriva del latín “castrum” (fortaleza), si bien no es descartable que en las lenguas prerromanas de Hispania ya existiera esta palabra, o una muy parecida, para denominar un poblado fortificado. Aunque este lugar estuvo habitado desde la antigüedad, no sabemos el nombre que tenía en aquellas pretéritas fechas, sin embargo, en tiempos de la dominación musulmana sí que está documentado que allí existía una fortaleza llamada “Hisn Qasruh” o “Hisn Qastruh”, topónimo del que desconocemos su significado, pero queda la razonable duda de si pudiera ser la arabización de un nombre anterior relacionado con el topónimo “castrum” (“castro”). Con el paso del tiempo y tras la reconquista, el nombre derivó en el actual “Castro”. Finalmente, y para diferenciar su nombre del de localidades homónimas, se le agregó la coletilla “del Río”, en referencia al río Guadajoz, que pasa junto a este pueblo. El gentilicio de Castro del Río es “castreño-a”.
Conquista: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. El topónimo de este municipio, fundado en el último cuarto de siglo XVI, aparece documentado en 1581 por vez primera y en la forma “La Conquista”. Tradicionalmente, algunos autores, entre ellos Ramírez y de las Casas-Deza, vincularon el origen de este topónimo a la conquista y pacificación que se había realizado de este lugar, al estar habitado por bandoleros. Sin embargo, para J. Aranda Doncel, en un estudio realizado sobre la fundación de Conquista, este topónimo está relacionado con la consecución del objetivo que se había previsto (la fundación de una nueva población) a pesar de las múltiples y diferentes dificultades que surgieron en el proceso repoblador.
Córdoba: Capital de la provincia homónima. El significado etimológico del nombre de la ciudad ha sido largamente discutido en la historiografía y no existe en la actualidad consenso al respecto. El primer nombre conocido para la población es el de “Corduba”, otorgado bajo la forma de “Colonia Patricia Corduba”, tras la fundación romana de la ciudad en el siglo I A. C. y que muy posiblemente es la latinización de un topónimo anterior. Por otro lado, y puesto que la primera aparición del topónimo “Córdoba” en textos antiguos está relacionada con el establecimiento de un puesto comercial fenicio en las inmediaciones de la ciudad, se ha dado un posible origen semítico al topónimo, de forma que “Qorteba” vendría a significar “molino de aceite” para algunos autores, o bien “ciudad buena” para otros, a partir de la forma “Qart-tuba”. Otras teorías etimológicas hacen referencia al posible topónimo “Kart-Uba” o “Kart-Oba”, que significaría “Ciudad del Oba” (“ciudad del río”), aludiendo a que el Guadalquivir podría denominarse así en época prerromana, debido a que el sufijo o terminación “-uba” (ampliamente conocida en la Hispania de época ibérica) podría significar “río”. En cualquier caso, ninguna de estas teorías sobre el origen etimológico del topónimo “Córdoba” ha podido ser probada hasta ahora. En época de la dominación musulmana el nombre se arabizó en “Qurtuba” y tras la reconquista se castellanizó en la actual “Córdoba”. La evolución del topónimo a lo largo de la historia vendría a ser la siguiente: ¿“Kart-uba”? (época prerromana), “Colonia Patricia Corduba” (época romana), “Corduba” (época visigoda), “Qurtuba” (época musulmana), “Córdoba” (tras la reconquista). El gentilicio de Córdoba es “cordobés-esa”, “patriciense”, “cordubense” y “cortubí”.
Doña Mencía: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Fue fundado en 1415, año en que se construyó el castillo llamado de Doña Mencía, y en torno al cual, con el paso del tiempo, fue creciendo el casco urbano del pueblo. Según la tradición, el nombre de Doña Mencía se puso al lugar en honor a la esposa vizcaína de Alvar Pérez de Castro, capitán general de Fernando III en Córdoba, quien falleció en 1239, poco antes de la campaña en que se reconquistó el sur de Córdoba. No obstante, el nombre de Doña Mencía López de Haro, casada con el rey de Portugal después de enviudar, marcaría para siempre la historia local. Respecto al nombre propio femenino “Mencía”, podemos decir que es de origen español, y que su etimología más aceptada es que se trata de un hipocorístico (apelativo afectivo) de “clemencia”, por lo que su significado sería “la indulgente” o “la benigna”. El gentilicio de Doña Mencía es “menciano-a”.
Dos Torres: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. La actual villa, así como su topónimo, nacieron de la unión, en 1839, de las poblaciones o barrios de Torrefranca y Torremilano. La Torre del Milano fue en su origen una torre aislada cuyo entorno se fue habitando entre finales XIV y principios del XV, dando lugar a un pequeño núcleo de población. Con el paso del tiempo, y muy próximo a Torremilano, surgió un barrio al que se le impuso el nombre de Torrefranca. Por tanto, el origen del topónimo está en la unión de dos núcleos de población muy próximos y cuyos topónimos incluían la palabra “torre”, de esta forma, al unirse en un solo municipio se buscó un nombre para el pueblo que pudiera contentar a ambas partes, por lo que se escogió salomónicamente el topónimo “Dos Torres”. El gentilicio de Dos Torres es “usía”.
Encinas Reales: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. El origen de este topónimo está en que en estos parajes había muchas encinas antiguamente. Sin embargo, el nombre primitivo de este lugar era “Encinas Ralas”, que da a entender que dichas encinas estaban muy separadas o ralas. Al parecer, el motivo del aspecto tan disperso de aquel antiguo arbolado eran las continuas talas que se realizaron durante las guerras de los cristianos contra los musulmanes del Reino de Granada durante la Baja Edad Media. Con el paso del tiempo el topónimo se fue modificando hasta convertirse en el actual “Encinas Reales”, que da a la localidad más abolengo e importancia. Relacionada con lo anteriormente dicho, existe una leyenda que cuenta cómo la reina Doña Isabel la Católica, yendo de viaje, descansó a la sombra de unas grandes encinas que en este lugar había. El gentilicio de Encinas Reales es “encinarrealeño-a”.
Espejo: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Este y Guadajoz. Este pueblo se llamó en la antigüedad “Ucubi”. Durante la guerra civil entre Julio César y Pompeyo prestó apoyo a César y tras la victoria de éste la recompensó haciéndola colonia inmune y cambiándole el nombre a “Colonia Claritas Julia Ucubi”. Tiempo después, siguiendo bajo el poder romano, el topónimo primitivo “Ucubi” fue latinizado en la forma “Attubi”. En tiempos de la dominación musulmana su castillo fue reconstruido y reforzado, recibiendo el nombre de “Alcalat” (“castillo”, “atalaya”), nombre que se extendió finalmente a toda la población, dejándose de usar el topónimo anterior (“Attubi”). Tras la reconquista, en 1303, Fernando IV concede el privilegio de repoblación de aquel lugar, que por voluntad real pasará a denominarse “Espeio”, nombre que después derivó en el actual “Espejo”. En cuanto a su etimología, el topónimo “Espejo” deriva del latín “speculum” (“espejo”, “atalaya”, “vigía”), y también está relacionada con el verbo latino “specio” (“mirar”), es decir, el significado de este topónimo vendría a ser “atalaya-vigía”, “lugar desde donde se vigila” o genéricamente “mirador”, nombre que le viene de forma natural debido al punto estratégico donde se encuentra el pueblo, el cual destaca en el paisaje de la campiña como una cota de altura muy llamativa. Otra teoría que podría explicar el topónimo “Espejo” (aunque sin duda relacionada etimológicamente con la anterior) es que el mismo podría tener su origen en las señales luminosas que desde las torres medievales se hacían con espejos para comunicarse unas con otras. El gentilicio de Espejo es “espejeño-a” o “ucubitano-a”.
Espiel: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. No existe mención alguna de Espiel durante la antigüedad ni durante el período de dominación musulmana. El topónimo “Espiel” aparece en documentos por primera vez tras la reconquista, a mediados del siglo XIII, en los repartimientos del concejo de Córdoba en esa zona. En cuanto a su topónimo, al igual que Espejo, la teoría más aceptada para explicar el origen es que el mismo derivaría del latín “speculum” o “specula”, sólo que en este caso estaríamos ante la forma mozárabe “espiel”, pero en el fondo vendría a significar lo mismo; “espejo”, “lugar desde donde se vigila”, “mirador” o incluso podría estar relacionado también con las señales luminosas que se hacían con espejos desde las torres durante el medievo para comunicarse unas con otras. El gentilicio de Espiel es “espeleño-a”.
Fernán Núñez: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. En época ibero-romana la zona donde hoy se asienta Fernán Núñez perteneció al territorio de la antigua e importante ciudad de “Ulia”, la cual abarcó un amplio territorio entre los términos municipales de Fernán Núñez y Montemayor. Posteriormente, durante la dominación musulmana, este territorio se encontraba dentro la cora (demarcación territorial) de Córdoba. Durante la reconquista, en el 1240, estos territorios fueron tomados por las tropas del rey Fernando III. Uno de los capitanes que participó en estas acciones bélicas fue Fernán Núñez de Témez (de origen gallego) el cual se apoderó de una de las torres defensivas musulmanas que había en esta parte de la campiña, en concreto la torre de Aben Hana, a la que dio su nombre. El capitán Fernán Núñez de Témez inicia el tronco familiar de los Fernández de Córdoba andaluces. Esta torre fue el germen de la actual localidad. Los restos de la torre mencionada aún existen y están integrados en el Palacio ducal, siendo visibles hoy en día. Muy cerca de allí, y también en tiempos de la reconquista, existía otra torre llamada Aben-Cález y de la que quedan algunos restos todavía. Dicha torre, ya en época cristiana, tenía una pequeña población aledaña con su propia parroquia, sin embargo, debido a las incursiones y al hostigamiento de los moros del reino nazarí de Granada quedó finalmente despoblada, ya que sus habitantes terminaron por marcharse a vivir a la cercana Fernán Núñez, la cual estaba mejor defendida. El gentilicio de Fernán Núñez es “fernannuñense”.
Fuente Carreteros: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. El origen y significado del topónimo de este municipio está en una fuente que había en el mismo (ya desaparecida) y que servía para abastecer de agua a los carreteros que hasta allí llegaban desde la sierra de Constantina (Sevilla), los cuales venían cargados de madera de castaño y se dirigían hacia Écija (Sevilla). Con el paso del tiempo, la fuente fue conocida por la gente como “la fuente de los carreteros”. Este pueblo fue fundado durante el proceso repoblador de mediados del siglo XVIII llevado a cabo por Carlos III, y en ese momento se eligió para el mismo el nombre de “Fuente Carreteros”, en referencia a la citada fuente. El gentilicio de Fuente Carreteros es “carreteño-a”.
Fuente la Lancha: Este municipio pertenece a la comarca del Valle de los Pedroches. El origen de esta localidad hay que buscarlo a finales de la Edad Media. La primeva vez que un documento recogió el topónimo del pueblo fue en 1481, y aparece en la forma “La Lancha”. Posteriormente se le agrego la palabra “fuente”, quedando definitivamente el nombre del municipio como “Fuente la Lancha”. El historiador de las Casas-Deza opina que su nombre posiblemente tiene su origen en alguna fuente denominada La Lancha, lo cual confirma el nombre del próximo arroyo del Lanchar. En cuanto a la etimología del topónimo “lancha”, hay que entenderlo en su significado de piedra más bien grande, lisa y plana, por lo que el topónimo “Fuente la Lancha” vendría a significar “fuente la piedra” o “fuente de la piedra”, lo que nos hace sospechar que existirían ese tipo de piedras tanto en las cercanías o junto a una fuente y también en el cercano arroyo del Lanchar. El gentilicio de Fuente la Lancha es “lanchego-a”.
Fuente Obejuna: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. La referencia documental más antigua que se conoce de este pueblo data del 1315, y se cita como “Fuente Ovejuna”, sin embargo, durante muchos años se estuvo escribiendo de distintas maneras: “Fuente Ovejuna”, “Fuenteovejuna”, “Fuenteouejuna”, “Fuenteobejuna” e incluso “Fuente Abejuna”. A partir de finales del siglo XVII, y con pocas excepciones, se utiliza ya el topónimo actual “Fuente Obejuna”. Con respecto al origen y motivo de este topónimo, se sabe que en el siglo XIV en la zona donde está el pueblo se practicaba el mercado lanar, y casi con toda seguridad de ahí vendría el apelativo “ovejuna” (relativo a las ovejas). Asimismo, la palabra “fuente” sería tomada para este topónimo de alguna fuente de agua que hubiera en las inmediaciones del pueblo, pues desde época romana en las proximidades había al menos dos fuentes, hoy llamadas Fuente las Dos y Fuente Nueva, las cuales existían sin duda en el siglo XIV, cuando se repobló este lugar y se empezó a usar el topónimo “Fuente Obejuna”. Por tanto, el significado de este topónimo vendría a ser “fuente de las ovejas”, es decir, un lugar con una fuente y donde ser realizaban tareas relacionadas con el ganado lanar o donde abrevaban las ovejas. El gentilicio de Fuente Obejuna es “melariense” o “mellariense”.
Fuente Palmera: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. Este municipio fue fundado a finales del siglo XVIII por el monarca Carlos III en el proceso repoblador de algunas zonas de Andalucía. Al parecer, el topónimo “Fuente Palmera” tiene su origen en la existencia de una fuente muy antigua, a modo de abrevadero y descansadero de ganado, junto a la que se fundó el pueblo, y a la presencia también en ese lugar de un palmar de palmas silvestres. Por tanto, a mi parecer, el topónimo “Fuente Palmera” no habría que entenderlo como “una fuente y una palmera”, sino como una “fuente” a la que se le da el apelativo de “palmera” debido a las palmas que de manera natural y silvestre crecen junto a ella. Por documentos históricos, como el Catastro de Ensenada, se sabe de la existencia del topónimo “Fuente Palmera” desde antes de la colonización y repoblación de este lugar por parte de Carlos III. El gentilicio de “Fuente Palmera” es “colono-a”.
Fuente Tójar: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Aunque en este lugar han aparecido restos arqueológicos que prueban que estuvo habitado ya en época ibero-romana, hay que esperar hasta tiempos de la dominación musulmana para que aparezca por primera vez documentado su topónimo, en la forma “qaria Tuxar al-Ayn” (“aldea de la fuente de Tójar”). El término “Tójar” procede etimológicamente del árabe, y está relacionado con el tojo (arbusto), es decir, su significado es el de un terreno en el que abunda esta planta arbustiva. La voz primitiva “Tuxar” derivó a su vez en las variantes evolutivas “Toxar”, “Tojar”, “Tóxar”, Tójar, hasta llegar al Fuente Tójar actual. Como vemos, con respecto a su topónimo, Fuente Tójar es conocido desde tiempos medievales andalusíes como un lugar o aldea en la que hubo una fuente donde abundaban los tojos. El gentilicio de Fuente Tójar es “tojeño-a”.
La Granjuela: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. Al parecer, este pueblo fue fundado a finales del siglo XV por varias familias venidas de Fuente Obejuna. El significado del topónimo “granjuela” es obviamente el de una granja pequeña, y seguramente eso debió ser este municipio en sus remotos inicios, una aldeíta con una pequeña granja para la cría y explotación ganadera. El gentilicio de La Granjuela es “granjueleño-a”.
Guadalcázar: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. El origen etimológico del nombre “Guadalcázar” está en la época de la dominación musulmana. El mismo está compuesto por las voces árabes “wadi” (“río”, “arroyo”) y “alqásr” (“palacio”, “fortaleza”). Por tanto, este topónimo está en relación con algún palacio o fortaleza junto a un curso de agua. La teoría más aceptada en cuanto al origen toponímico es que debió existir un palacio, fortaleza o edificación importante junto al arroyo de la Marota, el cual discurre junto al pueblo. El gentilicio de Guadalcázar es “guadalcaceño-a”.
La Guijarrosa: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. En algunos documentos antiguos aparece este topónimo en la forma “La Hijarrosa”, sin embargo, este hecho hay que tomarlo como un error al escribirlo, pues su nombre correcto siempre fue “La Guijarrosa”. El nombre “guijarrosa” está en relación, obviamente, con los guijarros, (cantos rodados), que son piedras lisas, de tamaño mediano o pequeño y de forma más o menos redondeada, los cuales son muy abundantes en esta parte de la campiña. Al parecer, estas piedras formaban parte del fondo marino hace millones de años. Por tanto, el significado del topónimo es el de una zona del campo donde hay muchos guijarros. El gentilicio de La Guijarrosa es “guijarroseño-a”.
El Guijo: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Este pueblo surgió en el siglo XIV como una aldea de Pedroche. Un “guijo” es una pequeña piedra pequeña o canto rodado de escaso tamaño. Este tipo de piedras fueron usadas habitualmente y desde la antigüedad para consolidar y rellenar caminos. Aunque no se sabe a ciencia cierta, el motivo de haber llamado a este pueblo “El Guijo” es muy posible que esté en relación con un accidente geográfico del terreno que hace que este tipo de piedras pequeñas y desgastadas por la erosión sean abundantes en la zona. El gentilicio de El Guijo es “guijeño-a”.
Hinojosa del Duque: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Este pueblo fue fundado a principios del siglo XIV como consecuencia de la repoblación llevada a cabo por el Concejo de Córdoba en la comarca del Valle de los Pedroches. La teoría más extendida y aceptada es que el topónimo del pueblo tiene su origen en la abundancia de hinojos (planta aromática) en el lugar donde se fundó. En un primer momento el topónimo elegido para el pueblo fue “Finojosa del Pedroche”, pero a partir de 1533 empezó a usarse el nombre actual “Hinojosa del Duque”, al adquirir rango de duque el titular de las tierras señoriales (Duque de Béjar) a las que pertenecía el pueblo. El gentilicio de Hinojosa del Duque es “hinojoseño-a”.
Hornachuelos: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. Está documentado que el nombre de este pueblo en época musulmana era “Furnuyulus” o “Furnuchulus”, que derivaría de “fornax-acis” (“hornacho”). Por tanto, “hornachuelos” sería el diminutivo en plural de “hornacho”, que es un agujero o concavidad que se hace en las montañas para extraer mineral, lo que está en relación con la actividad de explotación minera que hubo en esta zona desde la antigüedad, por ser esta la forma habitual como sus antiguos habitantes extraían el mineral del subsuelo. Como se dijo antes, el topónimo de este municipio aparece por primera vez documentado en época musulmana, sin embargo, es muy posible que ya existiera con anterioridad, tanto por su raíz latina como por la actividad minera que ya se realizaba en este lugar en tiempos de la dominación romana. El gentilicio de Hornachuelos es “melojo-a”.
Iznájar: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Por documentos antiguos sabemos que el topónimo de esta localidad en tiempos de la dominación musulmana era “Hisn-ashar”, el cual está formado por las voces árabes “hisn” y “ashar”. La primera significa “castillo”, mientras que la segunda significa “alegre”, “insolente” o “pendenciero”, por lo cual, el significado del “Hisn-ashar” sería “castillo alegre” muy probablemente. Con el paso del tiempo el topónimo evolucionó al actual “Iznájar”. El gentilicio de Iznájar es “iznajeño-a”.
Lucena: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. El topónimo de esta localidad aparece por primera vez en documentos de tiempos de la dominación musulmana, en las formas “al-Yussana” y “Luyyana”. Posteriormente, tras la reconquista cristiana, el topónimo evolucionó hasta el actual “Lucena”. Etimológicamente no se sabe el significado de dicho topónimo, aunque es muy posible que sea una arabización de un topónimo anterior, al que algunos historiadores identifican con una población ibero-romana de la Bética llamada “Erisane” o “Elisane”, la cual es mencionada en documentos de esa época en el contexto de las guerras lusitanas. Durante gran parte de la Edad Media Lucena fue una ciudad casi por entero habitada por judíos, y relacionada con este hecho existe la teoría defendia por varios historiadores de que su nombre en aquel tiempo era “Eli ossana”, que en hebreo significa “Dios nos salve”, y que el mismo tras la conquista musulmana de estas tierras fue trocado o arabizado en la forma “”al-Yussana” referida, sin embargo, esta teoría no ha podido ser probada documentalmente. El gentilicio de Lucena es “lucentino-a”.
Luque: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. Su topónimo aparece ya documentado en época musulmana como “Hisn-Lukk” (“castillo de Lukk”). Muy posiblemente el topónimo “Lukk” sea anterior a la dominación musulmana y tenga origen en el latín “lucus”, que vendría a significar “lugar de bosques sagrados”, aunque otros lingüistas opinan que el término expresaba la idea de un bosque. Tras la reconquista el topónimo “Lukk” musulmán se transformó en el actual Luque. El gentilicio de Luque es “luqueño-a”.
Montalbán de Córdoba: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. Aunque han aparecido algunos restos arqueológicos, todo apunta a que en la antigüedad no existió ningún asentamiento ni población de importancia en el cerro donde se asienta Montalbán. En época musulmana sí que existió en este lugar una torre vigía, la cual con toda seguridad tendría algún núcleo de población pequeño aledaño a la misma, sin embargo, desconocemos su nombre. La historia documentada del pueblo se remonta a mediados del siglo XIV. Por distintos documentos de finales de la Edad Media sabemos que el nombre de esta localidad se escribía como “Monte Alván” (“castillo de Monte Alván”). Estando de acuerdo en que el nombre de este municipio tiene una clara procedencia castellana (y por ende latina) que significa “monte blanco” (“montem albanum”, “monte albano”, “monte albán”, “montalbán”), no se ha podido demostrar hasta ahora por qué motivo, en qué momento de la historia o quién dio ese nombre a la localidad. Hasta nuestros días, en Montalbán, se ha dado por buena la “teoría oficial”, la cual afirma que el color de la tierra del cerro (piedra caliza) donde se asentó el caserío, es lo que propició que en su día fuera llamado así, sin embargo, este hecho, a falta de documentación que lo corrobore, no se ha podido probar con total rotundidad, ya que sin ser oscuro el color de la tierra del cerro, tampoco destaca notablemente por su blancura, como sí ocurre por ejemplo en el cercano pago santaellano de “Cerro Blanco”, donde el color de dicho montículo es claramente albo. Desde el siglo XIV hasta principios del siglo XX el topónimo se puede hallar en documentos escrito con “V” y con “B” indistintamente, quedando finalmente con “B”. A principios del siglo XX, y para diferenciarlo de otros municipios homónimos, se le agregó la coletilla “de Córdoba”. A grandes rasgos, la evolución del topónimo de este pueblo ha sido la siguiente: “Monte Alván”, “Montalván”, “Montalbán”, “Montalbán de Córdoba”. El gentilicio de Montalbán es “montalbeño-a”.
Montemayor: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. En época ibero-romana se denominaba Ulia, y fue una ciudad muy importante en aquel tiempo. Durante la dominación visigoda Ulia sufre un importante declive. Posteriormente, durante la época de dominio musulmán la zona recibe el nombre de Ulyat Kanbaniya (Campiña de Ulia), constituyéndose como uno de los quince distritos agrícolas (iqlim) en que se dividía la cora o provincia de Córdoba. En el año 1233, Fernando III el Santo, que se dirigía hacia Córdoba, manda algunas tropas para que ocuparan el lugar, al que encuentran casi deshabitado y en estado ruinoso, comenzando a denominarse Montemayor a partir de ese momento, posiblemente debido su posición como cota de altura dominante en estos pagos. Tras la conquista de Córdoba en 1236 por el citado rey Fernando III, el municipio pasó definitivamente a manos cristianas, manteniendo el nombre de Montemayor hasta nuestros días. El gentilicio de Montemayor es “montemayorense”.
Montilla: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa Existen diversas teorías en cuanto al origen del topónimo “Montilla”; en el siglo XVIII se atribuía el mismo a la contracción de “monte-villa”, otros estudiosos trataron de obtenerlo de “Montulia” o de “Montiella” (del árabe “Mondelia”) y posiblemente fuese la “Montilyana” citada en los Anales Palatinos de Alhakan II. En la actualidad se opina generalmente que este topónimo es de claras raíces castellanas, ya que aparece por primera vez en la Crónica de Alfonso XI (1333) y en el Libro de la Montería de este mismo monarca, así como en varios documentos de la segunda mitad del siglo XIV, donde es citado siempre como “Montiella”, del que derivó con el tiempo en el topónimo actual; “Montilla”. El gentilicio de Montilla es “montillano-a”.
Montoro: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. Aunque no está totalmente demostrado, todo parece indicar que en tiempos de la dominación romana su nombre era “Epora”, ciudad ibero-romana federada muy importante en aquella época. Posteriormente, y según la opinión de la mayoría de historiadores, esta ciudad pasó a llamarse “Bayyara” o “Bayyarash”, quedando la duda de si este topónimo podría ser una arabización del anterior “Epora”, en cualquier caso, “Bayyara” fue una medina en época musulmana recogida en varios documentos de aquel tiempo. En el siglo XII, y fruto de una efímera conquista cristiana de aquellas tierras, protagonizada por Alfonso VII, es cuando por primera vez se tiene constancia documentada del topónimo “Montoro”, surgiéndonos también la duda de si fue bautizada así por el citado rey. Se debe añadir a lo anterior que cuando los musulmanes la recuperaron la llamaron “Hisn Muntur” (“castillo de Montoro”). Finalmente, y con el paso del tiempo, el nombre “Montoro” fue imponiéndose y se ha mantenido hasta la actualidad. Existen varias teorías para explicar el origen etimológico del topónimo “Montoro”, pero ninguna de ellas está totalmente probada. Quizá la más conocida es que podría ser la contracción de “mont-gothorum” (“monte de los godos”), ya que hay historiadores que opinan que la actual Montoro fue fundada por los visigodos en el siglo VI. En cualquier caso, el topónimo tiene una clara raíz latina (“mons”, “monte”). El gentilicio de Montoro es “montoreño-a”.
Monturque: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. Durante la dominación romana, esta población debió alcanzar gran importancia, como así lo atestigua la gran cantidad de restos arqueológicos encontrados en todo el término municipal y las edificaciones de aquella época que todavía se conservan, lo que avala la hipótesis de la existencia en Monturque y sus alrededores de un prominente y numeroso asentamiento humano, sin embargo, aún no ha sido posible determinar cuál fue su verdadero nombre durante ese período. Ya en época musulmana sí sabemos que su nombre era “Montiark” o “Monturk”, topónimo que derivó posteriormente al actual Monturque, siendo citado en aquella época como un castillo o punto fortificado. De tiempos de los moros también hay que señalar como dato muy importante que Monturque es uno de los pocos sitios cordobeses que se nombran en la gesta y romance del Cid, ya que en las inmediaciones del pueblo hubo una batalla entre las huestes del rey moro de Sevilla (comandadas por el Cid) y las del rey moro de Granada, y donde el famoso caballero castellano consiguió una rotunda victoria. Como testimonio de lo anterior existe un lugar cerca de Monturque llamado “La Piedra del Cid”, donde dice la tradición que tuvo lugar la batalla. En referencia al nombre del pueblo, hay que decir que el topónimo Monturque es bastante curioso e interesante, ya que se divide claramente en dos partes; “Mont” y “Urque”, la primera de ellas es claramente latina y significa “monte” (“mons”) y hace mención al lugar elevado donde se encuentra este municipio, sin embargo, la segunda parte (“urque”, “urqui” o “urq”) se pierde en la oscuridad de lo antiguo, y aunque hay varias teorías, realmente se desconoce su origen y significado. El gentilicio de Monturque es “monturqueño-a”.
Moriles: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. Moriles nació como municipio independiente a principios del siglo XX, por Real Ley de 1 de junio de 1912 firmada por el rey Alfonso XIII. Anteriormente fue una aldea llamada “Zapateros”, la cual pertenecía a Aguilar de la Frontera. La génesis de esta aldea está en las primeras décadas del siglo XVIII, con la construcción de cuatro lagares y una capilla a la Virgen de la Salud en el denominado “Llano de los Zapateros”, que contaba con una fuente del mismo nombre. El topónimo “Zapateros” posiblemente se deba a la gran cantidad de insectos del orden de los hemípteros, popularmente conocidos como “zapateros”, que con toda seguridad abundaban en la fuente citada, aunque tampoco se descarta que el nombre pudiera estar relacionado con el gremio de los artesanos zapateros. Ya en 1912, gracias a las gestiones del diputado del distrito José Fernández Jiménez, se constituye en municipio independiente y adopta el nombre de “Moriles”, que es el nombre de un pago cercano a la aldea (Moriles Altos y Moriles Bajos), el cual es famoso por la calidad de sus vinos, siendo uno de los trece lagares que existían en aquel lugar. En cuanto al topónimo “Moriles”, sabemos que existe un pago en el término municipal de Lucena (muy cerca de Moriles) que se llama “El Moril” y posiblemente esté relacionado con el nombre de esta localidad, por lo que posiblemente “moriles” sería el plural de “moril”, que era el nombre que se daba al lugar, barrio o distrito donde vivían los moros que se habían convertido al cristianismo tras la reconquista castellana de estas tierras en el siglo XIII, los cuales eran denominados popularmente como moriscos. Es decir, un “moril” sería algo parecido a una “morería”, un lugar o barrio donde habitaban los moros. Por tanto, el topónimo “Moriles” vendría a ser el plural de “Moril”, y éste a su vez derivaría de la palabra “moro”. En Aguilar de la Frontera (municipio al que pertenecía la aldea de Zapateros) hubo una comunidad morisca digna de mención, por lo que esta teoría para explicar el origen del topónimo que nos ocupa es bastante razonable. El gentilicio de Moriles es “morilense”.
Nueva Carteya: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Este y Guadajoz. Esta localidad es relativamente reciente, ya que fue fundada en 1822 en tierras pertenecientes al concejo de Baena. El lugar elegido para fundar el pueblo fue el “Monte Horquera”, conocido documentalmente, al menos desde la Edad Media, como un importante espacio natural prácticamente salvaje y sin colonizar, con fauna y flora propias del bosque mediterráneo, lugar que se pretendía roturar y aprovechar agrícolamente con la fundación de este municipio. En el “Monte Horquera” era y es habitual encontrar restos arqueológicos que datan de época muy antigua. Con respecto al topónimo escogido para el nuevo municipio, hubo diferentes propuestas en el momento de su fundación, tales como “Población del Monte Horquera”, “Aldea de San Juan”, “Decisión” o “Nueva Carchena”, pero finalmente se eligió el nombre “Nueva Carteya”, en recuerdo a una población de época romana de la que existían restos muy cerca de la nueva localidad, ya que se pensaba que su nombre fue “Carteya” o “Carteia”, sin embargo, no está demostrado que en aquel lugar existiera una población con ese nombre. Sí que se tiene constancia de que hubo una antigua población llamada “Carteia” en San Roque (Cádiz), la cual es de origen cartaginés y tuvo su momento de esplendor en época romana. La citada “Carteia” tuvo ceca y acuñó monedas con su nombre (“CARTEIA”), las cuales circularon por toda Hispania, dato que nos hace albergar la razonable duda de si el motivo de elegir “Nueva Carteya” pudo ser porque en las cercanías del emplazamiento del nuevo pueblo se encontró alguna moneda de la “Carteia” gaditana. Respecto a la etimología del topónimo “Carteya” (“Carteia”), éste tiene un claro origen oriental, ya que empieza por el radical “qart-”, con el que en lengua feno-púnica se hace referencia al concepto de ciudad (como por ejemplo en “Cartago”), pero por desgracia no conocemos el significado del topónimo al completo. El gentilicio de Nueva Carteya es “carteyano-a”.
Obejo: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. En época musulmana existió en este lugar un castillo llamado “Ubal” (“hisn Ubal”, “castillo de Ubal”). El topónimo “Ubal” se cree que deriva del mozárabe “Uballa” o “Uvella”, que es el nombre de una planta que crece en los tejados y que popularmente se llama “uva de zorra”. En 1239 el “castillo de Ubal” fue reconquistado por las tropas de Fernando III, y le cambiaron el nombre a “Oveio” (“ovejo”), con el significado heteronímico de “macho de la oveja”. Es posible que el cambio del nombre de “Ubal” a “Oveio” se produjera porque el antiguo nombre les sonó así o parecido a los que tomaron el lugar para las armas cristianas. El topónimo aparece recogido documentalmente por primera vez en el siglo XIII (1243). Con el transcurso del tiempo la grafía del topónimo fue modificándose de la siguiente forma: “Oveio”, “Ovexo”, “Obexo”, “Obejo”. El gentilicio de Obejo es “obejeño-a”.
Palenciana: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. “Palenciana” era el nombre que tenía una heredad o cortijo a mediados del siglo XVI, lugar que fue creciendo en caserío y población hasta convertirse en una aldea de Benamejí y posteriormente en un municipio independiente. Se cree que debe el topónimo a sus fundadores allá por el siglo XIII y tras la reconquista de estas tierras por Fernando III, los cuales serían naturales de Palencia (Castilla y León) y se dedicaban a la tala de encinas para hacer carbón. Para terminar, y en referencia al topónimo “Palencia”, no está de más agregar que dicha ciudad castellana se llamó en la antigüedad “Pallantia”, topónimo que está formado por la raíz indoeuropea prerromana “palla” (“roca”), más el sufijo “nt”, muy habitual en lenguas celtas y que sirve para hacer derivados, por lo que se cree que “pallantia” puede significar “meseta” o “monte llano”. El gentilicio de Palenciana es “palencianero-a”.
Palma del Río: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. Hay una teoría histórica que atribuye la fundación de este municipio al cónsul romano Aulio Cornelio Palma, sin embargo, la misma no está probada documentalmente y es sólo una hipótesis. Centrándonos en el topónimo “Palma” y aunque este lugar estuvo habitado desde la antigüedad, la primera vez que aparece en fuentes escritas data de la época de la dominación musulmana, en concreto a finales del siglo VIII, siendo citada como “Balma”. Tras la reconquista, en el siglo XIII, empieza a ser llamada “Palma”. En tiempos más recientes, y para diferenciarlo de otros municipios homónimos, se le agregó la coletilla “del Río”, en referencia al Guadalquivir, al gran río del sur de España, que en Palma recibe además las aguas del Genil, dándose la singular circunstancia de que en este municipio se juntan los dos ríos más importantes de Andalucía. Tras la citada modificación, el topónimo quedó definitivamente como “Palma del Río”. La evolución de su topónimo a lo largo del tiempo es la siguiente: “Balma”, “Palma”, “Palma del Río”. En cuanto a la etimología del topónimo “Balma”, (que es el que usaron los musulmanes y después se modificó a “Palma”), hay muchas sospechas de que podría tener origen romano o incluso anterior a la dominación romana, y cuyo significado podría ser “cueva” o “remolino de agua” (según las diferentes teorías), aunque por falta de documentación que lo pruebe no se sabe con certeza por ahora. El gentilicio de Palma del Río es “palmeño-a”.
Pedro Abad: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. Al parecer, el origen de este pueblo, tal y como lo conocemos, está en la reconquista de estas tierras por parte de Fernando III en el siglo XIII. El citado monarca, a finales de 1235, creó en este lugar un campamento que posteriormente se convertiría en hospital en el que se instaló el abad Pedro de Meneses para ofrecer auxilio espiritual, trayendo dicho abad la imagen de un crucificado. Dicha imagen se hizo famosa por diversos y supuestos milagros relacionados con la misma, lo que llamó la atención de Fernando III, por lo que éste mandó construir una ermita y casas para los que quisieran habitar el lugar. Estos hechos son el germen del municipio, el cual en un principio tomó el nombre de “Fuente de Per Abad” (“Fuente de Pedro Abad”) por el citado abad y una fuente que existía en el lugar, apareciendo ya el citado topónimo en un documento de 1272. El topónimo se cita también en documentos en la forma “Fuente de Perabad”, “Fuente de Pero Abad” y “Fuente de Pedro Abad”. Posteriormente, con el paso del tiempo, el topónimo se simplificó y quedó como “Pedro Abad”. Se podría decir que el topónimo evolucionó a lo largo del tiempo de la siguiente forma: “Fuente de Per Abad”, “Fuente de Pero Abad”, “Fuente de Pedro Abad”, “Pedro Abad”. El gentilicio de Pedro Abad es “perabeño-a”.
Pedroche: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches, a la que le da nombre. Según muchos historiadores, este municipio se denominaba “Baedro” en época romana, aunque no está totalmente probado. Cuando los musulmanes conquistaron estas tierras le modificaron o arabizaron el topónimo nombrándolo “Bitrawsh”. Tras la reconquista cristiana, el nombre fue castellanizado en la forma “Pedroche”, topónimo que se ha mantenido hasta el día de hoy. Por tanto, la evolución del topónimo de este municipio desde la antigüedad hasta la actualidad es la siguiente: “Baedro”, “Bitrawsh”, “Pedroche”. El gentilicio de Pedroche es “pedrocheño-a” o “gachero-a”.
Peñarroya-Pueblonuevo: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. El municipio y su topónimo son consecuencia de la fusión en 1927 de las localidades de “Peñarroya” y “Pueblonuevo del Terrible”, cuyos núcleos de población eran colindantes. En referencia a “Peñarroya”, la cita más antigua de su topónimo se produce en el siglo XIII y por parte del rey Alfonso X, el cual en sus “Libro de la Montería” dice de este lugar que “los montes de Penna Roya son buenos para la caza del oso”. Con el paso del tiempo el nombre derivó de “Penna Roya” a “peñarroya”. El significado del topónimo “Peñarroya” es “peña roja” (“Peña Roya”). La palabra “royo” es sinónimo de “rojo”, en castellano antiguo. Respecto a “Pueblonuevo del Terrible”, se trata de una aldea que surgió en el siglo XIX fruto de las explotaciones mineras de este lugar. Según parece, el origen del topónimo está en un famoso perro que había en ese pueblo y al que llamaban “Terrible”, el cual era muy temido por su fiereza, y del cual cuenta la leyenda que descubrió carbón en tierras cercanas al pueblo. El gentilicio de Peñarroya es “peñarriblense”.
Posadas: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. En el término municipal de Posadas se han encontrado numerosos vestigios de época romana y algunos investigadores opinan que, frente a Posadas, en la otra orilla del Guadalquivir, se ubicaba la ciudad de “Detumo”, pero no se sabe con total certeza. Aunque hay vestigios también de población en época musulmana, no nos ha llegado ningún topónimo del lugar de ese tiempo. Posteriormente, tras la reconquista cristiana, ya en el siglo XIII, aparece esta localidad nombrada como “Posadas del Rey”. Posteriormente quedó el topónimo en “Posadas” simplemente. El origen de haber llamado así a este municipio está en la existencia desde muy antiguo de establecimientos de hospedaje junto al importante camino que pasaba por este lugar, el cual era transitado por gran número de viajeros. El gentilicio de Posadas es “maleno-a”.
Pozoblanco: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Cronológicamente hablando, el origen de este municipio podría señalarse a mediados del siglo XIV, si bien aparece documentado por primera vez a principios del siglo XV. Al igual que en otras localidades cercanas, el germen del pueblo podría estar en la costumbre que tenían los habitantes de Pedroche de pastorear sus ganados en tierras cada vez más alejadas del citado pueblo, lo que les obligaba a establecer pequeños núcleos de población y caseríos en el campo, los cuales crecieron dando lugar a aldeas y pueblos en esta comarca, entre ellos Pozoblanco. También se cree popularmente que el pueblo pudo ser fundado por familias que marcharon de Pedroche huyendo de la peste y se asentaron en este lugar. En cuanto a su topónimo, hay varias teorías sobre su origen; una de ellas nos dice que las primeras casas de la localidad se construyeron en la zona conocida hoy en día como el barrio del “Pozo Viejo”, al pie de un cerro y alrededor de un pozo con un brocal de color blanco, por la costumbre de enlucir y encalar los brocales cuando se hacían de ladrillo y no de bloques de granito, como era más habitual. Otra teoría cuenta que en muchas ocasiones los pozos eran bautizados con el nombre de quien los hacía, y existió un pozo llamado “Pozo del Blanco”, que podría haber dado pie al topónimo del pueblo. Hay otra hipótesis que nos viene a decir que el color blanco que tenía el brocal del pozo que dio nombre al pueblo provenía de los excrementos de los gallos y gallinas que se subían al brocal. En cualquier caso, ninguna de estas teorías ha podido ser probada. El gentilicio de Pozoblanco es “pozoalbense” o “tarugo-a”.
Priego de Córdoba: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. En esta localidad y en zonas adyacentes han aparecido restos arqueológicos de origen romano, aunque no nos ha llegado ningún topónimo del lugar en aquella época. En tiempos de la dominación musulmana sí que aparece ya documentado su topónimo, en las formas “Baguh”, “Biguh”, “Bagu”, “Baga”, siendo una población muy importante en la citada época musulmana, capital de un distrito o comarca (“iqlim”) y llegando incluso a acuñar moneda. Tras su definitiva reconquista cristiana en el siglo XIV, su topónimo fue castellanizado en el actual “Priego”, aunque no se debe descartar la posibilidad de que pudiera haber sido nombrado así en recuerdo del Priego conquense. Posteriormente, y para diferenciarlo de otras localidades homónimas, se le agregó la coletilla “de Córdoba”. En cuanto a la etimología y significado del topónimo, y aunque existen varias teorías, ninguna ha podido ser demostrada. Una de ellas nos habla de la posibilidad de que el topónimo musulmán “Baguh” sea la arabización de la voz latina “pagus” (distrito rústico o pequeño pueblo), otra teoría es que pudiera ser derivado de la palabra romance “pedriego” (del latín “petra”), y que significa “pedregoso”, en cualquier caso, y como se dijo antes, ninguna de estas teorías etimológicas ha podido ser probada definitivamente. El gentilicio de Priego es “prieguense”.
Puente Genil: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. La fundación del Puente Genil actual conllevó el nacimiento también de este topónimo, y ello ocurrió el 10 de diciembre de 1834 gracias a la unión administrativa y demográfica entre la villa denominada Pontón de Don Gonzalo o la Puente de Don Gonzalo, que fue fundada en el siglo XIII por el rey Fernando III, y el pequeño núcleo de población denominado Miragenil, sito en la orilla contraria y perteneciente administrativamente en aquella época a la provincia de Sevilla. De esta forma y de la circunstancia descrita, deriva el sonoro nombre de “Puente Genil”, en alusión evidente al medio físico que permitía y permite de facto la citada unión entre las dos poblaciones; el puente que atraviesa el cauce del río Genil y conexiona ambas orillas. Por tanto, el topónimo “Puente Genil” nació de la mezcla entre los nombres “Puente de Don Gonzalo” y “Miragenil”. El hidrónimo Genil deriva de Sinyil, pues así llamaban a este río los moros, y éste a su vez de Singilis, que era como lo nombraban en la antigüedad los romanos. Al parecer es éste un nombre de origen latino, aunque posiblemente sea una deformación o modificación de un nombre de raíz ibérica, del que por desgracia desconocemos su significado. El río Genil es el séptimo más largo de la península ibérica. El gentilicio de Puente Genil es “pontanés-a” o “pontano-a”.
La Rambla: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. En el lugar donde se asienta este municipio hay constancia de poblamiento humano desde muy antiguo. Por los restos arqueológicos hallados se sabe que en época ibero-romana existió allí una notable población, sin embargo, y aunque hay varias hipótesis, no ha llegado hasta nosotros el nombre que tuvo la misma. En época visigoda este pueblo sufrió un declive en cuanto a importancia y población. Durante la dominación musulmana la localidad reverdeció sus laureles y es de esta época de donde proviene su topónimo, ya que los moros la llamaron “Al-Ramla”, que significa “el arenal”, derivando finalmente en “La Rambla”. Como dato curioso sobre este topónimo, se debe aportar que el mismo se estuvo escribiendo durante varios siglos en mapas y documentos como “Rambla” a secas, circunstancia que cambió en 1860, cuando se le agregó de manera oficial el artículo “La”, quedando definitivamente como “La Rambla”. El gentilicio de La Rambla es “rambleño-a”.
Rute: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. La primera fundación de la fortaleza de este nombre se produjo en tiempos de la dominación musulmana (s. XIII), siendo su nombre “Hisn Rut” (“castillo de Rut”), lugar que en 1435, tras la reconquista, fue abandonado debido al hostigamiento continuo de los musulmanes del reino Nazarí de Granada y a la dificultad de una defensa adecuada del citado castillo, situación que obligó a los cristianos a fundar un nuevo pueblo unos kilómetros más al suroeste, al que llamaron “Villanueva de Rute”. Este hecho fue el germen del actual municipio de Rute. Posteriormente, y con el paso del tiempo, el topónimo quedó en “Rute” a secas. De la primera fortaleza musulmana aún se conservan sus ruinas, a las que se le conoce con el nombre de “Rute el Viejo”. Su topónimo aparece escrito en textos árabes y castellanos como “Rut” hasta el siglo XIV, aunque también figura en la forma “Rute”, la cual finalmente fue la que se impuso y permaneció hasta nuestros días. Existen varias teorías que intentan arrojar luz sobre el incierto origen etimológico del topónimo “Rute”, aunque son dos las que cuentan con más apoyo de los lingüistas; una de ellas afirma que podría derivar del latín “rota” (“rueda”), en relación con la forma que tiene el cerro o colina donde se ubicó el pueblo y la fortaleza, mientras que la otra intenta ver en el topónimo “Rut” un origen hebreo, afirmando que podría derivar directamente del nombre propio femenino de origen judío “Rut” (bisabuela del rey David), y que este hecho podría explicarse por estar en relación con alguna aljama judía que existiera allí en tiempos de la dominación musulmana o incluso en tiempos de los visigodos, cosa que no se sabe a ciencia cierta tampoco. En cualquier caso, y como se dijo, ninguna teoría en relación con el origen etimológico del topónimo “Rut”/“Rute” ha podido ser probada definitivamente. El gentilicio de Rute es “ruteño-a”.
San Sebastián de los Ballesteros: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. El pueblo fue fundado en 1767 bajo la dirección del ilustrado Pablo de Olavide y con población centroeuropea de origen alemán mayormente. La fundación de esta y otras localidades en las provincias de Córdoba, Sevilla y Jaén fue financiada por el Estado debido al interés del rey Carlos III por fomentar la agricultura y la industria en una zona despoblada y amenazada por el bandolerismo, reforzando de esta forma la seguridad del Camino Real que unía Madrid con Cádiz. En cuanto al origen del nombre del pueblo, hay que decir que el 20 de enero de 1615 la Compañía de Jesús adquirió la jurisdicción y señorío de unas tierras en este lugar conocidas como “Ballesteros y Gregorio”, de donde se cree que tiene su nacimiento el topónimo de la localidad, ya que al haberse hecho la compra de los terrenos el día de San Sebastián (20 de enero) y siendo su costumbre dedicarle y consagrarle la buena nueva al santo que correspondiera ese día, (según el santoral), si agregamos a esto que este pago rústico era conocido como “Ballesteros”, porque al parecer en este lugar se concentraba o descansaba el cuerpo de ballesteros del ejército de los Reyes Católicos durante la conquista de Granada, da como resultado una teoría bastante razonable para explicar el origen del topónimo “San Sebastián de los Ballesteros”. Como dato curioso se debe añadir que durante los primeros meses tras su fundación el pueblo estuvo a punto de ser denominado “Nueva Atenas” o “Atenas” a secas, de lo cual existen documentos y comunicaciones oficiales que recogen tal topónimo, y el motivo para ello fue que en aquellos días se preveía también la llegada de colonos de origen griego procedentes de Córcega, sin embargo, dichas familias finalmente no vinieron a España, por lo que el nombre de Atenas se descartó. El gentilicio de San Sebastián de los Ballesteros es “eballense”.
Santa Eufemia: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Todo parece indicar que esta población es la mencionada en textos árabes del siglo XII y cuyo nombre se registra en las formas “Sant Qunya” o “Sant Ufimya”, lo que hace sospechar que en esta localidad existió en aquella época, o con anterioridad, una comunidad de cristianos mozárabes a tener en cuenta, debido al origen latino del topónimo. Posteriormente y tras la reconquista, también en el siglo XII, su topónimo aparece en las formas “Sant Ocfimia”, “Sant Ofimia”, “Santa Eufemiam”, para poco tiempo después castellanizarse en la forma definitiva “Santa Eufemia”. Además de la anterior, existe la teoría popular y tradicional, (aunque no demostrada) que explica y atribuye el topónimo a que treinta y tres caballeros italianos naturales de la región de Calabria (lugar donde se tiene gran veneración a Santa Eufemia) tomaron por asalto el castillo y el pueblo, al que le dieron el nombre de la citada santa. La evolución del topónimo a través del tiempo ha sido la siguiente a grosso modo: “Sant Ufimya”, “Sant Ofimia”, “Santa Eufemiam”, “Santa Eufemia”. En cuanto al topónimo en sí y su etimología, el mismo se le puso a este lugar en honor a Santa Eufemia de Orense, una mártir cristiana gallega, posiblemente nacida en Baiona (Pontevedra). El nombre propio “Eufemia” es de origen griego y significa “de buena palabra” o “de buena reputación”. El gentilicio de Santa Eufemia es “calabrés-a”, lo que estaría curiosamente en relación con la teoría tradicional que atribuye su reconquista cristiana a soldados calabreses al servicio del rey Alfonso VII.
Santaella: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Sur Cordobesa. Santaella es una localidad que ha estado habitada desde tiempo inmemorial. Hay teorías que sostienen que en época íbero-romana aquí se asentaba la “Arcilasis” que nombró Ptolomeo, aunque no está probado este hecho. Posteriormente, durante la dominación musulmana, sí que está documentado que recibe el nombre de “Shant’Yala” o “Santayala”, que podría derivar de “Santa Elia” (topónimo de origen cristiano), siendo una población muy importante en esa época en esta parte de la campiña. En 1240 es conquistada por el rey Fernando III, y a partir de este momento recibe ya el nombre de “Santaella”, aunque en algunos documentos aparece como “Santella” o incluso “Santiella”. En cuanto al origen de este topónimo hay diferentes teorías y ninguna está totalmente demostrada, si bien se podría afirmar que la más razonable es la que en su día propuso Francisco Alijo Hidalgo, profesor de la Universidad de Málaga, y que dice literalmente así: “De todo lo expuesto hasta aquí, extraigo la deducción de que el término Santaella (Córdoba), en línea con las opiniones de Nieto Cumplido, al referirse a un nombre preislámico, sea el de San Elías o Santa Elia, que derivaría en época musulmana hacia el de Sant´Yala, cuya constatación por vez primera se da en Al-Idrisí en el siglo XII, siendo castellanizado en el XIII con el nombre de Santa Ella. Debemos tener en cuenta, finalmente, que la “l”+“i” da doble “ll”, según vimos en el obispo de Sigüenza, Ella, entre otros, de ahí que Santa Elia se transformara en la denominación de nuestro topónimo SANTAELLA”. Es decir, la evolución del topónimo podría haber sido “Santa Elia”, “Shantayala”, “Santaella”. El gentilicio de Santaella es “santaellense” o “santaellano-a”.
Torrecampo: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Según parece, este pueblo y su topónimo tienen su origen en la Baja Edad Media, y ello está directamente relacionado con la cercanía del actual Torrecampo a un montículo llamado “Cerro de la Torre”, lugar en el que quedan restos de los cimientos del torreón o atalaya que allí hubo y junto al que existió una pequeña población o caserío donde vivían los lugareños. Posteriormente, los habitantes del Cerro de la Torre se unieron a otras familias provenientes del vecino Pedroche (que según se cuenta marcharon de dicho pueblo huyendo de la peste) y no muy lejos de allí fundaron la actual villa, a la que dieron el nombre de “Torrecampo”, como homenaje al lugar y a la torre de donde procedían. En cuanto a su etimología, se trata de un topónimo compuesto por dos términos claramente diferenciados; “torre” y “campo”, siendo su significado, obviamente, el de una torre o atalaya situada en el campo. El gentilicio de Torrecampo es “torrecampeño-a” o “tiznao-ná”.
Valenzuela: Municipio perteneciente a la comarca de la Campiña Este y Guadajoz. Todo apunta a que el topónimo de este pueblo, “Valenzuela”, tiene su origen en el antiguo linaje leonés de los Valenzuela, los cuales participaron activamente en la reconquista de esta parte de Andalucía en el siglo XIII. Una de las ramas de este linaje acabó estableciéndose en este municipio. En cuanto al origen etimológico del topónimo “Valenzuela”, la hipótesis más aceptada por los lingüistas afirma que el mismo es un diminutivo de “Valencia”, por lo tanto, sería un topónimo que nace como recuerdo u homenaje a otro y aplicándole para ello un diminutivo, cosa bastante habitual en la toponimia española, sirvan los ejemplos de Cordobilla, Sevilleja o Toledillo, entre otros. El gentilicio de Valenzuela es “vinagorro-a”.
Valsequillo: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. Es posible que en este lugar existiera una pequeña población en las edades Antigua y Media, sin embargo, no nos ha llegado ningún topónimo ni información relevante de aquellos lejanos tiempos. Se tiene constancia de que a mediados del siglo XVI se construyó la parroquia del pueblo, apareciendo ya el topónimo “Valsequillo”, aunque con toda probabilidad la villa ya existía desde época bajomedieval en forma de pequeña aldea o caserío. Valsequillo pertenecía al municipio de Fuente Obejuna, situación administrativa que continuó hasta 1817, año en que se independizó y se constituyó como municipio. En cuanto a su etimología, el topónimo “Valsequillo” es una palabra compuesta por dos términos claramente diferenciados; “val” y “sequillo”, siendo el primero contracción de “valle” y el segundo diminutivo de “seco”, por lo cual es el diminutivo de “Valseco” (“valle seco”). Quizá el motivo de haberle puesto este topónimo al lugar esté en relación con su ubicación en un pequeño valle que durante el verano tiene aspecto seco, a pesar de contar con masa forestal adehesada y de monte bajo típica de esta zona. El gentilicio de Valsequillo es “valsequillense”.
La Victoria: Municipio perteneciente a la comarca del Valle Medio del Guadalquivir. La gran mayoría de historiadores coinciden en que la fundación del municipio está en el establecimiento en el lugar, en el siglo XVI, de los frailes mínimos franciscanos del Convento de Nuestra Señora de la Victoria de la capital cordobesa, también conocidos como “Padres de la Victoria”. Los citados frailes franciscanos (de San Francisco de Paula) construyeron un oratorio en el lugar y junto al mismo fue creciendo poco a poco el caserío hasta convertirse en una pequeña aldea perteneciente a La Rambla, situación administrativa que se mantuvo hasta principios del siglo XIX, momento en el que se constituyó La Victoria como municipio independiente. Obviamente, el topónimo que se eligió para este pueblo, (“La Victoria”), tiene su origen en la advocación de los citados frailes franciscanos a Nuestra Señora de la Victoria. Según la tradición, el origen de llamar así a estos frailes está en la victoria que obtuvieron los Reyes Católicos en la reconquista de Málaga en 1487, la cual se atribuyó desde el fervor religioso a una intervención milagrosa de San Francisco de Paula, por lo que a sus frailes se les empezó a conocer como “frailes victoriosos” o “frailes de la Victoria”, de ahí que la gran mayoría de conventos que fundaron en España se pusieron bajo la advocación de Nuestra Señora de la Victoria. El gentilicio de La Victoria es “victorieño-a”.
Villa del Río: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. Aunque es posible que este lugar estuviera habitado en las épocas Antigua y Altomedieval, no nos ha llegado ningún topónimo de aquellos tiempos. El topónimo documentado más antiguo que se le conoce a este pueblo es el de “Aldea de Orabuena”, nombre que recibió por parte de los cristianos, y como muestra de júbilo (“en hora buena”), tras la reconquista de estas tierras por el rey Fernando III en el siglo XIII. Posteriormente, en el siglo XIV, le fue cambiado el nombre y empezó a ser llamada “Aldea del Río”, por ser una aldea ribereña del Guadalquivir. A mediados del siglo XVII le fue cambiado de nuevo el nombre, ya que el rey Felipe IV le otorgó el estatus de villa, por lo que su topónimo se modificó a “Villa del Río”, nombre que ha llegado hasta nuestros días. La evolución del topónimo a lo largo del tiempo ha sido la siguiente: “Aldea de Orabuena”, “Aldea del Río”, “Villa del Río”. El significado del topónimo, obviamente, es el de una “villa” junto al “río” Guadalquivir. El gentilicio de Villa del Río es “villarrense”.
Villafranca de Córdoba: Municipio perteneciente a la comarca del Alto Guadalquivir. En tiempos de la reconquista, en el siglo XIII, apenas había unos caseríos en el lugar donde se ubica el pueblo, concretamente en una zona denominada “El Cascajar”, topónimo posiblemente relacionado con la abundancia de “cascajos” (piedras menudas) en el lugar. La repoblación definitiva de este pueblo, así como la primera vez que se documenta su topónimo, fue en el siglo XIV, cuando el rey Pedro I cedió el lugar a su Repostero Mayor, Martín López de Córdoba, con licencia para poblarlo con nuevos vecinos y estimulando el asentamiento con franquicias y privilegios tributarios, hecho éste del que procede el topónimo “villa franca”, que sería una villa que goza de exención de impuestos y contribuciones. Al principio se le llamó al pueblo “Villafranca del Cascajar”. Como curiosidad se puede aportar que posteriormente formó parte del Reino de Jaén, siendo cambiado su topónimo a “Villafranca de las Agujas”, ya que este municipio destacó en la industria de la fabricación de agujas desde el siglo XVI. Estuvo perteneciendo al mencionado reino jiennense hasta 1833, año en que se llevó a cabo la división provincial española actual y fue incluido en la provincia de Córdoba. A principios del siglo XX le fue cambiado el topónimo nuevamente, en esta ocasión a “Villafranca de Córdoba”, nombre que ha llegado hasta nuestros días. La evolución del topónimo a lo largo del tiempo es la siguiente: “Villafranca del Cascajar”, “Villafranca de las Agujas”, “Villafranca de Córdoba”. El gentilicio de Villafranca es “villafranqueño-a”.
Villaharta: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. Esta localidad aparece ya documentada en el siglo XV, siendo la misma una de las aldeas que a finales de la Edad Media jalonaban la Sierra de Córdoba. En documentos antiguos su topónimo figura en la forma “Villa Farta” (“villa harta”), que vendría a significar “villa abundante o fecunda”, ya que ese es uno de los significados del adjetivo “harto” y en aquella época se usaba habitualmente para calificar en esos términos un lugar o situación. Con el paso del tiempo el nombre del pueblo terminó por escribirse definitivamente como “Villaharta”. Con respecto al cambio de “F” a “H”, que se da en este topónimo, el mismo no debe extrañarnos en absoluto, ya que es un rasgo bastante habitual del idioma español o castellano. El fenómeno consiste en que, en ciertas condiciones fonológicas, la “F” inicial latina se convirtió con el paso del tiempo en una “H” aspirada, cuya pronunciación desapareció posteriormente en las variedades estándar del español. El gentilicio de Villaharta es “villaharteño-a”.
Villanueva de Córdoba: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Según cuenta la tradición, al igual que otras localidades de esta comarca, este municipio fue fundado en el siglo XIV por vecinos de Pedroche, los cuales se establecieron en este lugar, al que llegaron huyendo de la peste que asolaba en aquel tiempo toda la comarca. Sin embargo, sería tiempo después, a principios del siglo XV, cuando se empieza a tener constancia documentada del núcleo de población actual, cuyo nombre en un primer momento fue “Encina Enana”. Está documentado que este municipio tomó el nombre de “Villanueva de Córdoba” en 1499, y en opinión de algunos historiadores sería como reafirmación de su independencia, tras el intento de su sometimiento al Señorío de Santa Eufemia. Aunque su nombre oficial a partir de aquel momento (y hasta nuestros días) fue “Villanueva de Córdoba”, también se usó muy habitualmente el topónimo “Villanueva de la Jara”, por estar el pueblo dentro de la gran Dehesa de la Jara, apareciendo dicho nombre incluso en mapas antiguos. El gentilicio de Villanueva de Córdoba es “jarote-a”.
Villanueva del Duque: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Todo parece indicar que la fundación del pueblo se produjo durante la Baja Edad Media y ya en época cristiana, aunque también es cierto que esta zona tuvo una destacada importancia durante la dominación musulmana, ya que en su término municipal aún se conservan los restos del “Castillo de la Morra”, junto al río Cuzna, los cuales datan del citado período histórico. Desde finales de la Edad Media y hasta principios de la Edad Moderna, en el lugar existieron dos aldeas colindantes, una se denominaba “El Allozo” (que es un sinónimo de “almendro”) y la otra “El Retamal”, (posiblemente por la abundancia de retama). Como veremos, la aldea de “El Retamal” fue el germen del actual Villanueva del Duque. A finales del siglo XVI, los vecinos de “El Allozo” (que ya venía perdiendo población) abandonaron definitivamente su aldea a causa de la peste, trasladándose a “El Retamal”, población que ya desde 1529 había cambiado el nombre a “Villanueva del Marqués”, como homenaje al Conde de Belalcázar, que a su vez ostentaba el título de Marqués de Ayamonte. Durante algún tiempo, y en esta misma época, también se le conoce como “Villanueva de las Viñas” (por la existencia de viñedos en el lugar), nombre que aparece en varios documentos antiguos del Archivo Municipal. Ambos topónimos se mantuvieron y usaron indistintamente hasta el siglo XVII, cuando se le volvió a cambiar el nombre al pueblo, esta vez al actual y definitivo “Villanueva del Duque”, en honor al Duque de Béjar, el cual tuvo un papel destacado en la independencia de esta población respecto de Hinojosa del Duque, de la que era una aldea. La evolución del nombre de este pueblo a lo largo del tiempo ha sido la siguiente: “El Retamal”, “Villanueva del Marqués”, “Villanueva de las Viñas”, “Villanueva del Duque”. El gentilicio de Villanueva del Duque es “villaduqueño-a” o “cuervo-a”.
Villanueva del Rey: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. Esta localidad surge probablemente tras la reconquista de Córdoba por Fernando III en 1236. El núcleo poblacional originario de Villanueva del Rey se situó en el denominado “Villar de Dos Hermanas”, donde es posible que anteriormente existiera una aldea o alquería musulmana. A esta primera población se le puso el nombre de “Lugar de Casillas” y poco después se le cambió el topónimo a “Villanueva de las Viñas”. Posteriormente, en 1320, el rey Alfonso XI le otorga el título de “villa”, por lo que el pueblo adopta su nombre actual, “Villanueva del Rey”, en honor al citado monarca. Sin embargo, en el siglo XVII, esta villa pasa a ser un señorío a favor de don Pedro Gómez de Cárdenas y Angulo, cambiándose su topónimo a la forma “Villanueva de Cárdenas”. Más tarde, en 1811, por Decreto de las Cortes de Cádiz, cesa oficialmente el señorío de Villanueva de Cárdenas, por lo que el pueblo vuelve a llamarse “Villanueva del Rey”, esta vez de forma definitiva. Éstas son las variaciones de su topónimo, cronológicamente ordenadas: “Lugar de Casillas”, “Villanueva de las Viñas”, “Villanueva del Rey”, “Villanueva de Cárdenas” y “Villanueva del Rey” de nuevo. El gentilicio de Villanueva del Rey es “villanovense” o “villorro-a”.
Villaralto: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. La historia de Villaralto como pueblo, en el lugar donde se asienta actualmente, data de la Baja Edad Media. El primer documento que menciona a esta localidad es de 1424, siendo en aquel tiempo una aldea dependiente de Torremilano (actual municipio de Dos Torres). En cuanto a su topónimo, hay que decir que tiene dos vocablos claramente diferenciados; “Villar” y “Alto”, siendo el primero sinónimo de una pequeña población o aldea y el segundo un adjetivo que obviamente describe altura. Como vemos, la ubicación de una pequeña aldea o “villar” en un lugar elevado o “alto”, es lo que determino el topónimo de este municipio. El gentilicio de Villaralto es “villaraltero-a”.
Villaviciosa de Córdoba: Municipio perteneciente a la comarca del Valle del Guadiato. La advocación mariana de Nuestra Señora de Villaviciosa, originaria de Vila Viçosa (Portugal), está en el origen no sólo del topónimo de este pueblo, sino también de la creación del mismo en el siglo XV, ya que el primigenio caserío de Villaviciosa se fue conformando en torno a la ermita de la mencionada virgen, recibiendo además población de varias aldeas cercanas, lo que produjo un rápido crecimiento demográfico. En principio, esta población era una aldea perteneciente a Espiel, hasta que a finales del siglo XVIII le fue otorgado el título de “villa” por el rey Carlos III, constituyéndose como municipio independiente. En cuanto a su topónimo, vemos claramente que está formado por dos vocablos; “villa” y “viciosa”, refiriéndose el primero obviamente a una población o “villa”, mientras que el segundo “viciosa”, nada tiene que ver con el significado peyorativo relativo a “vicio”, sino que viene a significar “abundante, fértil o productiva”, ya que ese es uno de los significados del adjetivo “vicioso-a” y en aquella época se usaba habitualmente para calificar así un lugar. Por lo tanto, su significado vendría a ser el de una villa muy fértil, abundante y productiva. En cualquier caso, y como hemos visto, el origen del nombre de este pueblo está, de forma indirecta, relacionado con el municipio portugués de Vila Viçosa, lugar donde apareció la sagrada imagen de Nuestra Señora de Villaviciosa, la cual tiene gran tradición de fervor religioso en Córdoba capital, siendo fundada su hermandad en la Parroquia de San Lorenzo a finales del siglo XV. Dicha virgen es la patrona de enfermería. Siguiendo con el topónimo del pueblo, en tiempos más recientes le fue impuesta la coletilla “de Córdoba”, para ser diferenciado de otros municipios homónimos en el resto de España, quedando su nombre definitivamente como “Villaviciosa de Córdoba”. El gentilicio de Villaviciosa es “villaviciosano-a”.
El Viso: Municipio perteneciente a la comarca del Valle de los Pedroches. Todo parece indicar que el poblamiento primigenio de este municipio tuvo lugar a mediados del siglo XIV. En un principio su topónimo fue el de “Casas de Don Adame”, nombre que perduró hasta finales del siglo XV, momento en el que se le cambia el nombre a “El Viso”. El significado de su topónimo está en relación con la propia ubicación del municipio, el cual está situado en una zona llana, pero algo elevada, desde donde se tiene una buena panorámica del entorno. Se podría decir que este pueblo está situado en un altozano. Uno de los significados que tiene la palabra “viso” en el Diccionario de la Lengua Española es el de “altura desde donde se descubre mucho terreno”. El gentilicio de El Viso es “viseño-a”.
Zuheros: Municipio perteneciente a la comarca de la Subbética Cordobesa. El origen de este pueblo está en la época musulmana, surgiendo como un caserío o aldea junto a la fortaleza de época musulmana allí existente y denominada “Al-Sujayra”, la cual podría haber sido construida en el siglo IX. El lugar fue reconquistado por el rey Fernando III en el siglo XIII. Tras la reconquista, el topónimo fue castellanizado en la forma “Çuheros”, para posteriormente modificarse al actual y definitivo “Zuheros”. En cuanto a su etimología, existen varias teorías, aunque ninguna ha podido ser probada de manera definitiva. Una de ellas nos dice que el topónimo primitivo de este pueblo, “sujayra”, derivaría de la voz árabe “Sajra”, cuyo significado sería “roca” o “peña”. Otra teoría cree ver en este topónimo una derivación del árabe “Adzuira”, que significa “bonita”. En cualquier caso, no está demostrada ninguna de estas teorías para explicar el origen y significado del topónimo “Zuheros”. La evolución del topónimo a lo largo del tiempo sería la siguiente: “Sujayra”, “Çuheros”, “Zuheros”. El gentilicio de Zuheros es “zuhereño-a”.
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Fuentes consultadas para escribir esta entrada:
- Wikipedia
- “Los castillos de Córdoba”, de Mercedes Valverde y Felipe Toledo.
- “Por tierras de Andalucía. Provincia de Córdoba”. Antonio Sarazá Murcia.
- “Córdoba tierra nuestra”, de Juan Bernier Luque.
- “El reino de Córdoba durante la dominación musulmana”, de Antonio Arjona Castro.
- “Los moriscos en tierras de Córdoba”, de Juan Aranda Doncel.
- “Aguilar Digital. Página de historia (XXIII)”.
- “Moriles en su historia”, blog homenaje a Miguel Estrada Lara.
- “Un pueblo de alemanes en la campiña cordobesa. San Sebastián de los Ballesteros”, de Rafael Vázquez Lesmes.
- “El origen del nombre de Lucena y la fundación de la ciudad por judíos andalusíes”, de Antonio Arjona Castro.
- “Nota histórica en torno al topónimo Santaella (Córdoba)”, de Francisco Alijo Hidalgo.
- “La voz Belmez en el “Cancionero de Baena”, de Jesús Montoya Martínez
- “Los topónimos: sus blasones y trofeos (la toponimia mítica)”, de Álvaro Galmés de Fuentes
- “Corografía histórico-estadística de la provincia y obispado de Córdoba”, de Luís María Ramírez de las Casas-Deza
- “Santaella y el Suroeste de la campiña cordobesa en la Baja Edad Media (siglos XIII-XV)”, de Javier López Ríder.
- “Espejo en la toponimia”, de Fernando Fernández Palacios
- “El topónimo Tóxar o Tójar: su dispersión y localización geográfica temporal”, de Fernando Leiva Briones.
- “El topónimo Nueva Carteya”, de Antonio Castellano Ruz y Antonio Martínez Castro
- “El topónimo Obejo. Evolución y significado”, de E. Ricardo Quintanilla González.
- “Sobre el topónimo Priego (de Córdoba, de Cuenca)”, de Emilio Nieto Ballester
- “Recordando nuestra historia. La Hermandad de la Santa. Breves datos históricos”, artículo de Miguel Torres Murillo (Cronista Oficial de Santa Eufemia).
- “La naturaleza en la toponimia española”, de Gonzalo Mateo Sanz.
- “Los aspectos semánticos de la toponimia”, de Jairo Javier García Sánchez.